“La realidad supera a la ficción” ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta frase? Suele venir precedida por una historia verídica ocurrida al autor de la misma, cuyas expectativas serán altas en el escuchante, altísimas, pues tiene que competir con la imaginación que ha dejado en nuestra mente la palabra ficción: ese reino donde todo es posible, precisamente porque no lo es.
“No hay nada más sexy, feroz, desopilante, ambiguo, tétrico o hermoso que la realidad" nos confiesa la propia autora en un lugar del libro que tenemos entre manos. ¿Y qué tenemos entre las manos? dieciséis crónicas y perfiles, varios ensayos que suenan a alegato, un curso sobre periodismo de alguien que confiesa en la primera página que jamás asistió a una clase de periodismo… Toda esta colección de piezas a modo de puzzle, este continente poblado de lugares posibles y extraordinarios, solo tiene en común entre sí su filiación con la realidad, el hecho inaudito pero cierto de que ocurrieron.